El pueblo que desapareció en el desierto
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Algunas desapariciones ocurren en un abrir y cerrar de ojos.
Otros ocurren tan lentamente que la gente apenas los nota, hasta que no queda nada.
Bienvenido a Kolmanskop , Namibia, que alguna vez fue la ciudad más rica del sur de África, ahora es un fantasma enterrado bajo las arenas cambiantes del desierto de Namib.
Un boom de diamantes en medio de la nada
En 1908, un trabajador ferroviario llamado Zacharias Lewala encontró una piedra brillante mientras limpiaba las vías.
No era cuarzo.
Era un diamante .
La noticia se extendió como un reguero de pólvora y, en cuestión de meses, los colonos alemanes habían reclamado la tierra.
Kolmanskop surgió casi de la noche a la mañana, con casas lujosas, un casino, un hospital, una fábrica de hielo e incluso la primera máquina de rayos X del hemisferio sur , todo en medio de un desierto árido.
Una ciudad de lujo en una tierra dura
Los residentes disfrutaban de champán importado, finos muebles europeos y pianos de cola traídos en barco.
La ciudad incluso tenía boleras y un teatro de ópera.
El dinero era tan abundante que se decía que los mineros se arrastraban de rodillas por la noche con lámparas, recogiendo diamantes a puñados a la luz de la luna .
Cuando la arena recuperó su tierra
Pero en la década de 1930, los campos de diamantes comenzaron a secarse.
Un descubrimiento más rico más al sur atrajo a las compañías mineras.
Los habitantes del pueblo hicieron sus maletas y se marcharon.
Luego llegó el desierto.
Poco a poco, la arena fue cayendo sobre las casas vacías.
Puertas atascadas y cerradas bajo las dunas.
Hoy, la luz del sol se filtra a través de las ventanas rotas hacia habitaciones repletas hasta las rodillas de arena dorada: un inquietante recordatorio de la ambición humana devorada por la naturaleza .
La lección en la arena
Kolmanskop muestra con qué rapidez pueden desaparecer los logros humanos cuando trabajamos contra el medio ambiente, en lugar de hacerlo con él.
El desierto, paciente e implacable, siempre gana.