El desierto que se convirtió en un mar de plástico
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Lejos de cualquier tierra, en lo profundo del Océano Pacífico Norte, hay un lugar donde ningún ser humano vive permanentemente, y sin embargo es una de las mayores creaciones de la humanidad.
No es una ciudad.
No es una isla.
Ni siquiera es tierra.
Es la Gran Mancha de Basura del Pacífico : un vórtice giratorio de plástico, aparejos de pesca y escombros cuyo tamaño se estima tres veces el de Francia .
El nacimiento de un desierto flotante
La mancha de basura no se construyó en un día.
Décadas de corrientes oceánicas han transportado desechos flotantes a una espiral lenta e hipnótica llamada Giro del Pacífico Norte.
Aquí, a primera vista, el océano no parece un vertedero.
Si estuvieras en un barco, no necesariamente verías montañas de botellas o bolsas.
En cambio, el agua está plagada de pequeños fragmentos —microplásticos— descompuestos de objetos más grandes por la acción de la luz solar y las olas.
Estos trozos son lo suficientemente pequeños como para que los puedan comer peces, tortugas y pájaros, pero también son demasiado pequeños para limpiarlos fácilmente.
Las redes fantasma
Entre los elementos más letales del parche se encuentran las redes fantasma : enormes marañas de aparejos de pesca abandonados.
Estas redes flotan durante años, estrangulando todo lo que tenga la mala suerte de cruzarse en su camino: tortugas, delfines e incluso ballenas.
Un cadáver de ballena encontrado cerca de Hawái en 2019 tenía más de 21 kilos de plástico en el estómago, incluidos trozos de cuerda, bolsas de compras e incluso una chancla rota.
Por qué esto es importante para usted
El plástico en la isla de basura no es sólo una monstruosidad: es un problema bumerán .
Los peces y otros animales marinos comen microplásticos.
Nosotros comemos el pescado.
Los plásticos liberan toxinas.
Las toxinas entran en nuestro cuerpo.
En cierto modo, nos estamos envenenando con nuestros propios desechos.
Una verdad extraña y divertida
He aquí algo irónico: algunos científicos bromean diciendo que los arqueólogos del futuro podrían llamar a nuestra era La Era del Plástico .
No porque nos guste el Tupperware, sino porque el plástico es tan duradero que podría sobrevivir miles de años.
Si alguna vez los extraterrestres encuentran la Tierra mucho después de que nosotros ya no estemos, tal vez se encuentren primero con… un pato de goma flotante de los años 90.
Contraatacando
La lucha contra la mancha de basura ya está en marcha:
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El Proyecto de Limpieza del Océano está desplegando barreras flotantes masivas para recolectar plásticos.
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Algunos países han prohibido los plásticos de un solo uso.
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Los emprendedores están inventando envases biodegradables fabricados a partir de algas, hongos o incluso proteína de la leche.
Aún así, los expertos advierten:
Si no detenemos el plástico en su origen (nuestros hábitos diarios), el océano seguirá siendo un desierto de plástico.
La lección
La mancha de basura es un espejo.
Refleja lo que tiramos y olvidamos.
Nos recuerda que “lejos” no es un lugar real: nuestra basura siempre termina en algún lugar.