El día que el sol desapareció
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El 19 de mayo de 1780, la gente de toda Nueva Inglaterra se despertó en una mañana normal, sólo para ver cómo el cielo se oscurecía cada vez más… hasta que parecía que había caído la noche antes del mediodía.
Una oscuridad como ninguna otra
Los agricultores abandonaron sus campos.
Las gallinas regresaron a sus gallineros.
Los grillos empezaron a cantar como si fuera de noche.
A primera hora de la tarde, la oscuridad era tan completa que la gente no podía ver ni la mano que tenía delante de la cara . Las calles se llenaron de susurros aterrorizados: «Es el fin del mundo».
Algunos corrieron a las iglesias a rezar. Otros lloraron abiertamente.
Y en una época en la que la ciencia no podía explicar fácilmente el fenómeno, el miedo se convirtió en pánico total.
Teorías y Terror
En 1780, Estados Unidos aún se encontraba en plena Guerra de Independencia. Algunos creían que los británicos habían ideado una nueva arma para bloquear el sol. Otros creían que era el juicio de Dios por los pecados de la joven nación.
Un legislador de Connecticut, Abraham Davenport , se hizo famoso por su respuesta tranquila cuando sus colegas debatieron sobre aplazar la sesión debido a la oscuridad:
El Día del Juicio se acerca o no. Si no, no hay motivo para aplazarlo; si lo es, prefiero que me encuentren cumpliendo con mi deber.
La verdad revelada — siglos después
Los científicos tardaron más de 200 años en reconstruir el rompecabezas.
El "Día Oscuro" probablemente fue causado por un gran incendio forestal en Canadá , que llenó la atmósfera superior de una densa nube de humo. Combinado con una densa niebla y una capa de nubes, creó una capa perfecta que bloqueó la luz sobre Nueva Inglaterra.
Los estudios de los anillos de los árboles incluso encontraron patrones carbonizados de ese año en bosques situados a cientos de kilómetros de distancia.
La lección en las sombras
El día que el Sol desapareció nos recuerda lo pequeños que somos frente a los vastos sistemas de nuestro planeta.
Un solo incendio, alimentado por las condiciones secas y sin control por la intervención humana, alteró la vida cotidiana de miles de personas y dejó una marca en la historia que todavía se cuenta siglos después.
Es una advertencia silenciosa: incluso las cosas que consideramos “lejanas” en la naturaleza pueden tener una repercusión y afectar nuestras vidas de maneras poderosas.