Mucina de caracol: una baba curativa ancestral con un toque milagroso

Cuenta la leyenda que Hipócrates , el padre de la medicina, usaba caracoles triturados para calmar la piel inflamada. Y, gracias a la evolución, hoy contamos con mucina de caracol purificada (¡no caracoles aplastados!). Siglos después, los criadores de caracoles chilenos notaron que sus manos sanaban más rápido y se sentían más sedosas, simplemente manipulando caracoles. Así que embotellaron el secreto, y voilá: la mucina de caracol se convirtió en una superestrella de la K-beauty. Desde los templos griegos hasta los modernos laboratorios de cuidado de la piel, este milagro viscoso se trata de convertir lo antiguo en extraordinario.